Los frenos del coche son un componente esencial del sistema de seguridad, pero muchas veces podemos notar ciertos ruidos al utilizarlos. Un sonido especialmente común y molesto es el chirrido al frenar. Estos ruidos suelen preocupar a los conductores, ya que, aunque no siempre representan un problema grave, sí son un síntoma de que algo puede no estar funcionando como debería. Para entender por qué chirrían los frenos del coche, es importante analizar qué está sucediendo dentro del sistema de frenado y qué tipo de ruidos podemos escuchar, ya que cada ruido tiene su propio origen y solución.

El chirrido de los frenos puede ser causado por una serie de factores, desde pastillas desgastadas, hasta contaminación del disco, o una simple falta de lubricación. Aunque algunos de estos problemas se pueden solucionar fácilmente, es fundamental ser conscientes de los posibles riesgos que conlleva ignorar estas señales. Un buen diagnóstico y tratamiento del ruido puede mejorar la seguridad del vehículo y la comodidad al conducir. A continuación, veremos los diferentes tipos de ruidos al frenar y sus posibles causas.

Posibles causas:


  • Chirridos agudos: Los chirridos agudos al frenar son probablemente los más comunes y suelen ser una señal de pastillas de freno desgastadas. Muchas pastillas modernas cuentan con un indicador de desgaste, una pequeña pieza de metal que produce un chirrido agudo cuando las pastillas están llegando al final de su vida útil. Este sonido se vuelve más notable cuando frenamos a bajas velocidades o cuando realizamos frenadas ligeras.
  • Rugidos o zumbidos: Estos ruidos suelen indicar un desgaste extremo de las pastillas de freno, donde el metal roza el disco, lo cual requiere un reemplazo inmediato. También puede ser causado por un disco irregular con surcos o deformaciones, que debe ser rectificado o reemplazado.
  • Golpeteo: Este ruido suele indicar algo suelto en el sistema de frenos, generalmente pastillas mal instaladas o clips sueltos. También puede ser causado por un desgaste desigual del disco, lo cual requiere revisar y ajustar las piezas.
  • Chasquidos: Los chasquidos, aunque menos comunes, pueden ser causados por clips de sujeción dañados o mal colocados, lo que permite que las pastillas se muevan dentro de la pinza y generen el ruido. Otra posible causa es la holgura en los componentes del sistema de frenos, lo que provoca el desplazamiento de piezas al frenar.

Este es el motivo por el que hace ruido al frenar a baja velocidad

Los ruidos al frenar a baja velocidad suelen deberse a la falta de lubricación en los componentes del sistema de frenos. En este caso, las pastillas de freno pueden vibrar ligeramente contra el disco, generando un chirrido molesto. Otra causa común es la acumulación de polvo o suciedad en el sistema de frenos, lo cual puede aumentar la fricción y provocar ruidos a velocidades bajas.

También es posible que las pastillas de freno sean demasiado duras o estén cristalizadas, lo cual puede causar ruido al frenar de manera ligera. En estos casos, reemplazar las pastillas por unas de mejor calidad o asegurarse de que sean compatibles con el vehículo suele ser la mejor solución.

¿Cómo se puede quitar el chirrido?


  • Revisar y reemplazar las pastillas: Si las pastillas están desgastadas o cristalizadas, es necesario reemplazarlas. Optar por pastillas de buena calidad y compatibles con el vehículo puede marcar una gran diferencia.
  • Lubricar los puntos de contacto: Aplicar lubricante antichirridos en la parte posterior de las pastillas y en los puntos de contacto de la pinza puede ayudar a reducir la fricción innecesaria y evitar el chirrido.
  • Limpiar el sistema de frenos: La acumulación de polvo y suciedad en el sistema puede contribuir a los ruidos. Limpiar regularmente las pinzas, discos y pastillas ayuda a mantener el sistema libre de residuos que puedan causar fricción adicional.
  • Rectificar o reemplazar los discos: Si los discos están rayados o deformados, puede ser necesario rectificarlos o reemplazarlos. Un disco en buen estado permite un contacto uniforme con las pastillas, evitando vibraciones y ruidos.
  • Comprobar la instalación: Asegurarse de que todas las piezas estén correctamente instaladas y que los clips y soportes estén en su lugar es fundamental para evitar ruidos innecesarios.
  • Asentar las pastillas nuevas: Si se acaban de cambiar las pastillas, es importante darles un periodo de asentamiento adecuado. Esto implica frenar suavemente durante los primeros días para permitir que las pastillas se ajusten a los discos sin generar fricción excesiva.

¿Por qué suenan cuando están nuevas o recién cambiadas?


Es común que los frenos nuevos o recién cambiados emitan ruidos durante los primeros días de uso. Esto suele deberse a que las pastillas todavía necesitan asentarse en los discos de freno. Durante este periodo, se genera un poco de fricción adicional, que produce un chirrido hasta que las superficies se ajustan por completo.

Otra razón es la posible presencia de residuos o revestimientos protectores en las pastillas nuevas. Algunas pastillas vienen con un recubrimiento especial que necesita desgastarse antes de que el sistema funcione de forma totalmente silenciosa. Además, si las pastillas no se han instalado correctamente, o los clips y soportes no han sido colocados adecuadamente, podría haber movimientos innecesarios que generen ruidos.

Y… ¿Cómo suenan cuando están gastadas?

Cuando las pastillas de freno están gastadas, el sonido característico es un chirrido agudo y constante. Muchas pastillas están equipadas con un indicador metálico que entra en contacto con el disco una vez que la pastilla ha alcanzado su límite de desgaste. Este sonido tiene como objetivo alertar al conductor de que las pastillas deben ser reemplazadas de inmediato para evitar daños mayores al disco y al sistema de frenos en general.

Si se ignora este chirrido y las pastillas continúan desgastándose, eventualmente el metal de la pastilla entrará en contacto con el disco, produciendo un rugido profundo que indica un desgaste severo. En este punto, no solo es necesario reemplazar las pastillas, sino probablemente también los discos, lo cual incrementa significativamente el coste de la reparación.

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